Desde que tengo memoria, he oído la lluvia caer durante horas, pero ayer, sentado frente a mi ventana en una noche lluviosa, empecé a escuchar la lluvia y de repente, cada sonido se separó, como un millón de gotas que pude apreciar en mis oídos por instantes y descubrí que si ponía atención y me dejaba llevar, podía escuchar el sonido que producían las gotas en las diferentes superficies, cómo todas caían desde lo alto y a algunas les tocaba caer en el cemento, a otras en techos de aluminio, otras sobre los toldos de distintos autos, muchas más rebotaban y se hacían diminutas en los charcos, así me di cuenta que la lluvia es hermosa, que cada sonido que causa es un efecto que me tranquiliza, que está presente y es único, que la lluvia nunca es igual, como muchas otras cosas de la vida me da calma y me recuerda que estoy aquí y que estoy vivo.
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